Dormía, sosegado,
por la brisa fresca cuando, bruscamente una paloma gris
entonó desde la espesura un sollozo cargado de añoranza,
y me recordó mi propia pasión.
Llevaba tanto tiempo apartado de mi propia alma,
durmiendo hasta tan tarde, pero el sollozo de aquella paloma
me despertó y me hizo llorar.
¡Alabados sean todos los afligidos madrugadores!
Algunos son los primeros y otros tardan mucho más en llegar.
Dios bendice a ambos y a todos los que hacen cola,
y repone lo que se ha consumido,
y provee a los que aran la tierra de la desesperanza,
y bendice a Mahoma y a Jesús y a todos los demás mensajeros y profetas.
Amén y que el Dios de todos los seres creados te bendiga
[Rumi]
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