Dios misericordioso, que nos perdonas y quieres la salvación de todos los hombres,
imploramos tu clemencia para que,
por la intercesión de María Santísima y de todos los santos,
concedas a las almas de nuestros padres, hermanos, parientes, amigos y bienhechores,
que han salido de este mundo,
la gracia de llegar a la reunión de la eterna felicidad.
Santísima Virgen María, Reina del Purgatorio;
vengo a depositar en tu Corazón Inmaculado
una oración en favor de las almas benditas
que sufren en el lugar de expiación.
Dígnate escucharla, clementísima Señora,
si es ésta tu voluntad y la de tu misericordioso Hijo.
Amén.
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