Una sola cosa: que Dios vibre en mí
y yo en Él. Este es mi único fin.
Poco a poco mi vida ha ido perdiendo
el gusto por este mundo, vivo en el disfrute de él, pero sin Dios, todo es vano, el amor, la
caridad etc, todo son vainas sin semilla.
Si busco a Dios, todo el espacio
se llena, la vida cobra otro sentido, el corazón se alegra y se vive el aquí y
el ahora, porque en este momento Dios existe, Dios está en el aire que se
respira, en el amor que nos envuelve, en la comida que nos alimenta, y en la
vida que palpita en cada segundo de este continuo devenir.
Que felicidad más grande es
buscar a Dios en todas las cosas, esa vibración maravillosa que impregna el
Universo.
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