JESÚS EL CRISTO, SEGÚN SIVANANDA (Senda Divina)
El Cristianismo
No hay mucho de filosofía intrincada o de Sádhana yóguico en el cristianismo, y hay una razón para ello. Jesús tenía que tratar con incultos pescadores de Galilea, por lo que sólo les dió preceptos morales y les mostró el modo de vivir rectamente. Dejando aparte toda teoría filosófica obscuras y sutiles investigaciones intelectuales, Jesús explicó al hombre cómo debía vivir, qué debía pensar, qué debía sentir y qué debía hacer. Para ello, disfrazó incluso las más elevadas verdades de la vida espiritual con historias y parábolas sencillas, que incluso el hombre común de la calle podía captar y entender fácilmente. Revestida en forma de parábolas sencillas, la más profunda sabiduría de la vida espiritual era así expresada a los hombres a través de las palabras dulces y benditas del divino Jesús.
Jesús explicó la verdadera naturaleza de Dios, el hombre y el mundo en que éste vivía. Enseñaba a las gentes a cambiar su manera de ver las cosas. Les decía que si cambiaban su visión de la vida, de su aspecto material al espiritual, se darían cuenta de que el mundo en que vivían era el Reino de Dios.
Jesús no ha dejado ningún texto escrito sobre sus importantes enseñanzas. Transmitió todas sus enseñanzas oralmente. Ni él ni sus seguidores escribieron nunca durante su vida ni una sola palabra que él dijese. Las palabras de Jesús no se recogieron hasta varias generaciones después de haber sido dichas.
Sus palabras han sido mal entendidas, mal escritas, mutiladas, deformadas y transformadas. Y, sin embargo, han sobrevivido casi dos mil años, pues eran muy poderosas y provenían del corazón de un Yogui realizado.
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