JESÚS EL CRISTO, SEGÚN SIVANANDA (Senda Divina)
La voz de Jesús
La voz de Jesús es realmente la voz del Ser Eterno. A través de ella se expresa la llamada de lo Infinito a lo finito, o del Ser Cósmico al ser individual: la llamada de Dios al hombre.
Su voz divina es, pues, la misma voz que la de los Vedas y los Upanishads, que la del Corán y del Send-Avesta, del Dhammapada, y de todas las escrituras sagradas de la grandes religiones del mundo. Fundamentalmente, el evangelio que él predicó es el mismo que el expuesto en todos esos libros santos.
Es el camino de negar la carne y afirmar el Espíritu. Es el camino de crucificar al ser inferior para llevar a cabo la resurrección gloriosa del Espíritu, la ascensión final hacia lo Infinito y la trascendencia hacia lo Divino.
No es otro que el sendero de los Upanishads de expulsar el goce, Preias, y aceptar el mérito religioso, o Sreias; es decir, de negar el Anatman, o el no-ser, y vivir la vida en el Atman, o el Ser.
Jesús declara: «No puedes servir a la vez a Dios y a la riqueza».
En otras palabras, su enseñanza implica desapegarse a la vez que apegarse. Desapegarse de los objetos materiales de este mundo transitorio y apegarse al tesoro espiritual eterno del Atman.
Cristo nos enseña así el gran sendero que va más allá de todo pecado y tristeza.
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