viernes, 30 de septiembre de 2016

Oraciones de San Felipe de Neri

Nació en Florencia en 1515. En medio del paganismo que imperaba en el ambiente renacentista romano, Felipe entrega todos sus haberes a los pobres, mientras él ayuna a pan y agua. Pasa los días en obras de caridad, y las noches en las catacumbas de San Sebastián, entregado a la oración y a la penitencia. Alcanza altísima oración. wikipedia



"Quien quiera algo que no sea Cristo,
no sabe lo que quiere; 
quien pida algo que no sea Cristo, 
no sabe lo que pide; 
quien no trabaje por Cristo, 
no sabe lo que hace" 

"Como es posible que alguien que cree en Dios
pueda amar algo fuera de Él".

"¿Oh Señor que eres tan adorable
y me has mandado a amarte,
por qué me diste tan solo un corazón
y este tan pequeño?" 

San Felipe Neri

martes, 27 de septiembre de 2016

DORMÍA SOSEGADO - RUMI


Dormía, sosegado, 
por la brisa fresca cuando, bruscamente una paloma gris
entonó desde la espesura un sollozo cargado de añoranza, 
y me recordó mi propia pasión.

Llevaba tanto tiempo apartado de mi propia alma,
durmiendo hasta tan tarde, pero el sollozo de aquella paloma
me despertó y me hizo llorar. 
¡Alabados sean todos los afligidos madrugadores!

Algunos son los primeros y otros tardan mucho más en llegar.
Dios bendice a ambos y a todos los que hacen cola, 
y repone lo que se ha consumido, 
y provee a los que aran la tierra de la desesperanza,
y bendice a Mahoma y a Jesús y a todos los demás mensajeros y profetas. 

Amén y que el Dios de todos los seres creados te bendiga

[Rumi]

domingo, 4 de septiembre de 2016

¿POR QUÉ SE CREÓ EL UNIVERSO?



Uno de los hadiths (textos que recuperan las comunicaciones orales del Profeta en el Islam) más citados es el siguiente: “Yo era un tesoro oculto que quería ser conocido; por eso creé el mundo”. La frase constituye una de las más entrañables explicaciones para responder al por qué la Divinidad o el Uno Inefable, perfecto en sí  mismo, pudo tener un motivo para crear el universo. Según Henry Corbin esta máxima está en el centro de la cosmogonía Al-Akbariyya de Ibn Arabi, probablemente el más grande metafísico sufí. 
Glosa el místico andaluz Ibn Arabi:
Cuando Dios quiso considerar las esencias de Sus Nombres perfectos cuyo número es infinito –y si prefieres se puede decir también cuando Él deseó ver Su propia esencia en un objeto global el cual, habiendo sido bendecido con la existencia, resume la totalidad del orden divino para que ahí Él pudiera manifestar Su misterio a Sí mismo. Puesto que la visión que un ser tiene de sí mismo y en su sí mismo no es la misma que otra realidad procura para él, y la cual él usa para sí como un espejo (en esto, él se manifiesta a sí mismo a su ser en la forma que resulta del “lugar” de la visión…) Así el orden Divino requirió clarificar el espejo del mundo, y Adán se volvió la luz misma del espejo y el espíritu de esta forma. 
Su traductor Titus Burckhardt comenta “Adán no es más que la forma divina, creada por Dios, para recibir  su propia revelación, con esta variación de una realidad distinta –el receptáculo puro en el que se derrama”. Adán es el vaso-espejo bruñido de la creación divina y el universo entero es el escenario de su florecimiento: es a través de los fenómenos, las formas, las sensaciones, y las experiencias que Dios se desoculta.
Yo era un tesoro oculto que quería ser conocido; por eso creé el mundo, donde “quería” es  (ahbatu) quizá es mejor traducido como “yo amaba ser conocido” y a veces se añade al hadit: “por eso creé a la criaturas y me hice a ellas conocido, para que me conocieran. De aquí que, Ibn Arabi mantenga también que la creación macrocósmica se origina en el amor divino y que, el amor y la sabiduría, son dos aspectos de lo mismo, y a fin de cuentas inseparables. 
La frase recuerda también la metáfora que utiliza Ibn Arabi frecuentemente de que la creación es el espejo en el que Dios se ve a sí mismo y la aparición del ser humano (el ser humano arquetípico, Adán) es el pulido o bruñido del espejo. Es por ello que la labor mística es una contemplación de la belleza de la verdad y el místico puede extinguirse, es decir dejar de percibirse como un ser individual separador, a través de la contemplación.  
Sobre este mismo hadith, Frithjof Schuon comenta en su libro La Unidad Trascendente de las Religiones
[El hadith] significa que el Absoluto quiere ser conocido desde el punto inicial de lo relativo. ¿Pero por qué? Porque esto es una posibilidad en lo que respecta a la ilimitabilidad de la Posibilidad Divina: una posibilidad y entonces algo que no puede más que ser, algo cuyo “por qué” reside en lo Infinito.
Ibn Arabi escribe en el Tratado de la Unidad:
Cuando te conozcas verdaderamente a ti mismo, te desharás de tu doblez y comprenderás que no eres distinto de Allah, pero mientras tengas una existencia “distinta de Allah”, no conseguirás sofocar tu existencia ni conocerte a ti mismo… El conocimiento de ti mismo consiste en comprender que tu existencia no es real y que tu existencia no es nada, pues tu no eres, no has sido y no serás jamás.
Así podemos decir también que este proceso gnóstico de revelar lo oculto (la deidad) que es el cosmos entero, ocurre también en un plano microcósmico, cuando el hombre se conoce a sí mismo y descubre que no es, que sólo existe la divinidad que brilla como una gema al interior de una cueva. Esto mismo es mostrado por el tercer giro de la rueda del Dharma, en el que Buda Shakiamuni revela que todos los seres vivos tienen un embrión búdico o una naturaleza búdica inherente, llamada tathagatagarbha.  
El universo se revela como espacio de conocimiento, toda la vasta expansión del cosmos una extensión gnóstica que no diferencia entre “ser” y “conocer”. Cada parte, el fragmento de un espejo teomórfico en proceso de totalizarse.  En el budismo tántrico vajrayana se dice que los fenómenos son deidad. “Ya que el sujeto ve toda la existencia como deidad-sabiduría,  los incontables objetos son naturalmente percibidos como los fenómenos puros de los Budas… Los practicantes creen que toda la existencia, incluyendo este universo, es puro porque el sujeto de hecho es nuestra propia mente original, y nuestra propia mente original es la sabiduría”, escribe Thinley Norbu Rinpoche. La mente original del sujeto es la mente absoluta, igual al Dharmakaya, al espacio de todos los fenómenos, al cuerpo mismo de la deidad (aunque en el budismo tradicional no se utilice lenguaje teísta). En suma, podemos decir que los fenómenos y todas las manifestaciones del universo no son más que desdoblamientos  del autoconocimiento de Dios, es decir, la esencia más profunda del universo, su constituyente fundamental, es la sabiduría, las cosas están hechas de sabiduría y para la sabiduría.   
Soy el otro yo de Dios, Él puede en mi apercibir
lo que desde la eternidad fue irradiado en su propia imagen.
Angelus Silesisus
Preguntas cuál es el principio de todo esto:
Y es esto…
La existencia que se multiplicó por sí misma
Por el puro deleite de ser
Y se proyectó en trillones de seres
Para que pudiera encontrarse a sí misma
Innumerablemente.
Sri Aurobindo


miércoles, 31 de agosto de 2016

6 JESÚS EL CRISTO, JESÚS Y EL HOMBRE MODERNO



JESÚS EL CRISTO, SEGÚN SIVANANDA (Senda Divina)

Jesús y el hombre moderno

En verdad que Jesús derramó su sangre en la Cruz por la redención de su pueblo. Mas ahora, desde su asiento eterno en el Reino de dios, su corazón divino y compasivo sangra aún más profusamente. Pues las gentes de su época ignoraban la ley y por ello erraron. Pero la gente del mundo moderno tiene ahora la luz resplandeciente de la vida y las enseñanzas de Jesús, que iluminan el sendero de la rectitud. Y, sin embargo, caminan a sabiendas por el sendero de la oscuridad, la ignorancia, el pecado, el egoísmo, la sensualidad y la aflicción. Si su corazón misericordioso derramó su sangre por los pecadores ignorantes, ¡cuánto más no lo hará ahora por los pecados de quienes yerran ignorando Su Luz!

¿Es este el modo en que espera la humanidad mostrar su gratitud al Salvador? No y mil veces no. Nunca es demasiado tarde para corregirse. Estudia de nuevo los Evangelios. Medita en la forma resplandeciente, espiritual y divina de Jesús. ¡Cuán dulce, cuán compasivo, cuán suave y amable era! Y, sin embargo, no fue indulgente consigo mismo. Se alejó resueltamente de Satanás, no porque pudiese ser tentado, sino para darnos ejemplo.

Las pruebas y tentaciones surgen para ser vencidas por los valientes. Las pruebas y las situaciones dolorosas se producen para fortalecer tu mente y purificar tu corazón. Son, por así decir, los sabios que descubren al Jesús que hay en ti. Sucumbir a esas pruebas supone una debilidad.

Ayunar, orar, discriminar y vencer esos obstáculos con ayuda de la gracia del Señor supone un heroísmo espiritual. Cuando se logra la victoria, la verdadera humildad de sentir, realizar y proclamar que fue la gracia del Señor lo que te capacitó para ello. La humildad es virtud, la debilidad es pecado. Aprende esta importante lección de la vida de Jesús.

Estudia una y otra vez el Sermón de la Montaña. Medita sobre él. Escoge una tras otra las instrucciones del Señor y esfuérzate mes tras mes diligentemente en ponerlas en práctica. Así crecerás hasta convertirte en un digno hijo de Jesús. Así reencarnarás a Jesús en tu propio corazón. 

Hoy día hay muchas personas que siguen sincera y verdaderamente las enseñanzas del Salvador. Jesús se ha reencarnado en sus corazones para guiarte y conducirte hacia el Reino de Dios, en donde tiene su asiento supremo. ¡Que todos caminéis por el sendero que Jesús estableció! ¡Que todos seáis encarnaciones vivas del Sermón de la Montaña! ¡Que realicéis el Reino de Dios dentro de vosotros mismos aquí y ahora!



domingo, 21 de agosto de 2016

5 JESÚS EL CRISTO. SU VIDA



JESÚS EL CRISTO, SEGÚN SIVANANDA (Senda Divina)

La Vida de Jesús

Jesús fue la encarnación de sus propias enseñanzas. En Él podemos contemplar la santidad, bondad, amabilidad, misericordia, dulzura y justicia perfectas. El dijo: «Yo soy la Verdad, el Camino y la Vida». Fue la encarnación de todo lo mejor, lo más sublime y lo más bello. Constituye el modelo o ideal más perfecto de la humanidad. Fue un filósofo, profeta, preceptor y reformador. Siempre practicaba cuanto enseñaba.

Sobre la personalidad tan sublime de Jesucristo descansaba, como un manto divino, una pureza inmácula y casi sobrenatural. Su vida fue una bella combinación de Ñana, Bhakty y Karma. El ideal del desarrollo integral de la cabeza, el corazón y la mano, hizo de su vida un modelo para que la humanidad lo imite durante toda la eternidad.

Cristo era siempre consciente de su identidad inseparable con el Ser Supremo. Sin embargo, la devoción y el amor profundos hacia el Dios personal también encontraban constantemente expresión en él en forma de oraciones, alabanzas y ensalzamiento. En su vida diaria, Jesús era la verdadera personificación del espíritu del Karma Yogui. Su vida entera, fue un continuo ministerio hacia los afligidos. Sus pies se dirigían sólo hacia donde su ayuda fuese requerida. si sus manos se movían, lo hacían sólo en ayuda del afligido y del oprimido. Su lengua hablaba sólo para proferir palabras suaves y dulces de compasión, consuelo, inspiración e iluminación.

Con el solo brillo de sus ojos yóguicos y luminosos, Jesús despertaba, elevaba y transformaba a todos aquellos hacia quienes dirigía su mirada. Sentía, pensaba, hablaba y actuaba sólo para el bien de los demás. Y en medio de todo ello, experimentaba conscientemente e ininterrumpidamente la frase: «Yo y mi Padre somos uno». Su vida fue la de un sabio en Sahaya Samadhi.

La vida de Jesús manifiesta un heroísmo silencioso, aunque supremo, ante la oposición, persecución e incomprensión más radicales. Él dio ejemplo de cómo el aspirante rechaza las tentaciones en el sendero espiritual. Mucho antes del drama externo de la crucifixión, Jesús se había ya crucificado a sí mismo voluntariamente, aniquilando al ser inferior y viviendo una vida puramente divina.

Jesús era el mismo Dios. La Sagrada Escritura nos lo recuerda una y otra vez. Sin embargo, ¿por qué tuvo que padecer tanta persecución y sufrimiento? ¿No podía acaso haber arrasado a sus enemigos con el simple ejercicio de su voluntad divina? Sí, pero la encarnación suprema del amor que era Jesús deseaba que su propia vida fuese un ejemplo a seguir por las gentes. Por ello, se comportaba como cualquier otro ser humano, dando ejemplo al hacerlo así, durante su corta y memorable vida.

martes, 16 de agosto de 2016

4 JESÚS EL CRISTO. LA VOZ DE JESÚS


JESÚS EL CRISTO, SEGÚN SIVANANDA (Senda Divina)


La voz de Jesús

La voz de Jesús es realmente la voz del Ser Eterno. A través de ella se expresa la llamada de lo Infinito a lo finito, o del Ser Cósmico al ser individual: la llamada de Dios al hombre. 

Su voz divina es, pues, la misma voz que la de los Vedas y los Upanishads, que la del Corán y del Send-Avesta, del Dhammapada, y de todas las escrituras sagradas de la grandes religiones del mundo. Fundamentalmente, el evangelio que él predicó es el mismo que el expuesto en todos esos libros santos. 

Es el camino de negar la carne y afirmar el Espíritu. Es el camino de crucificar al ser inferior para llevar a cabo la resurrección gloriosa del Espíritu, la ascensión final hacia lo Infinito y la trascendencia hacia lo Divino. 

No es otro que el sendero de los Upanishads de expulsar el goce, Preias, y aceptar el mérito religioso, o Sreias; es decir, de negar el Anatman, o el no-ser, y vivir la vida en el Atman, o el Ser.

Jesús declara: «No puedes servir a la vez a Dios y a la riqueza». 

En otras palabras, su enseñanza implica desapegarse a la vez que apegarse. Desapegarse de los objetos materiales de este mundo transitorio y apegarse al tesoro espiritual eterno del Atman. 

Cristo nos enseña así el gran sendero que va más allá de todo pecado y tristeza.



sábado, 13 de agosto de 2016

3 JESÚS EL CRISTO. EL CRISTIANISMO



JESÚS EL CRISTO, SEGÚN SIVANANDA (Senda Divina)

El Cristianismo

No hay mucho de filosofía intrincada o de Sádhana yóguico en el cristianismo, y hay una razón para ello. Jesús tenía que tratar con incultos pescadores de Galilea, por lo que sólo les dió preceptos morales y les mostró el modo de vivir rectamente. Dejando aparte toda teoría filosófica obscuras y sutiles investigaciones intelectuales, Jesús explicó al hombre cómo debía vivir, qué debía pensar, qué debía sentir y qué debía hacer. Para ello, disfrazó incluso las más elevadas verdades de la vida espiritual con historias y parábolas sencillas, que incluso el hombre común de la calle podía captar y entender fácilmente. Revestida en forma de parábolas sencillas, la más profunda sabiduría de la vida espiritual era así expresada a los hombres a través de las palabras dulces y benditas del divino Jesús.

Jesús explicó la verdadera naturaleza de Dios, el hombre y el mundo en que éste vivía. Enseñaba a las gentes a cambiar su manera de ver las cosas. Les decía que si cambiaban su visión de la vida, de su aspecto material al espiritual, se darían cuenta de que el mundo en que vivían era el Reino de Dios.

Jesús no ha dejado ningún texto escrito sobre sus importantes enseñanzas. Transmitió todas sus enseñanzas oralmente. Ni él ni sus seguidores escribieron nunca durante su vida ni una sola palabra que él dijese. Las palabras de Jesús no se recogieron hasta varias generaciones después de haber sido dichas.

Sus palabras han sido mal entendidas, mal escritas, mutiladas, deformadas y transformadas. Y, sin embargo, han sobrevivido casi dos mil años, pues eran muy poderosas y provenían del corazón de un Yogui realizado.


lunes, 25 de julio de 2016

2 JESÚS EL CRISTO. SUS PALABRAS



JESÚS EL CRISTO, SEGÚN SIVANANDA (Senda Divina)

La sencillez y fuerza de las palabras de Jesús.

El modo en que Jesús vivió y enseñó fue simple, aunque sublime. Su manera de enseñar era extraordinaria. Jesús no era un estudioso académico. No podía alardear de títulos ni doctorados. No era un Pundit, o erudito. No poseía ninguna pericia o maestría sobre ningún tipo de arte práctico o ciencia. No se dedicaba a la oratoria grandilocuente ni a dar sermones eruditos desde un púlpito. Cuando hablaba, lo hacía brevemente y empleando pocas palabras. Sus expresiones eran breves, enérgicas y casi aforísticas. Pero sus palabras vibraban con un poder extraordinario que no pertenecía a este mundo. Las palabras de Jesús eran vitales y ardientes. Se encendían hasta en lo más profundo de la conciencia de quienes le escuchan. ¿Por qué razón?

Cuando Jesús hablaba, sus santas palabras provenían de las profundidades de un amor ilimitado y de una compasión infinita y divina, que emocionaban una y otra vez a quienes le escuchaban, haciendo surgir en ellos un deseo poderoso, que les consumía, de hacer el bien a los hombres, de servirles, ayudarles y salvarles. Esta compasión por purificar, elevar y salvar a la humanidad constituye verdaderamente el Sagrado Corazón de Jesucristo. Ese amor avivaba sus palabras con una fuerza divina, que las hacía permanecer por siempre en los corazones de quienes tuvieron la fortuna de escucharle.

viernes, 22 de julio de 2016

1 JESUS EL CRISTO. NACIMIENTO DE CRISTO



JESÚS EL CRISTO, SEGÚN SIVANANDA (Senda Divina)

Hace dos mil años, la divinidad se encarnó en este planeta para mostrar a toda la humanidad el sendero glorioso que conduce a la vida eterna, pudiendo vivir realmente la vida divina sobre esta tierra. Jesús no era un ser ordinario. Era el poder y el amor divinos, encarnados en este planeta con un propósito especial y divino. Su advenimiento tuvo como finalidad cumplir el plan divino para este mundo. Su manera de actuar y su propia vida así lo demuestran.

El Nacimiento de Cristo y su significado

El momento y la forma del nacimiento de Jesús revelan una profunda ley espiritual. Jesucristo no nació en un gran palacio. No nació de padres adinerados ni cultos. Ni tampoco nació a plena luz del día para que todos lo advirtiesen. Jesucristo nació en un lugar tan sencillo y solitario como el rincón de un establo. Nació de padres humildes y pobres que no tenían nada de lo que alardear, excepto de su carácter sin tacha y de su santidad. Nació, además, en la oscuridad, en la oscura hora de la medianoche sin que nadie lo advirtiese, excepto algunas personas buenas.

Lo antedicho demuestra que el despertar espiritual le llega al aspirante que es perfectamente humilde, llano y «pobre de espíritu». La cualidad de la humildad verdadera es uno de los fundamentos indispensables, al que siguen la sencillez, la santidad y la renunciación a todo deseo de riqueza mundana y al orgullo del saber. En tercer lugar, de la misma manera que Cristo nació en la obscuridad sin que el mundo lo supiese, el advenimiento del espíritu de Cristo tiene lugar en el interior del hombre, cuando se tiene una autorealización y autoabnegación totales.

Ese es el nacimiento a la vida divina. Fue el secreto de ese nacimiento lo que hace tantos siglos Jesús explicó dulcemente al buen Nicodemo. El buen hombre no entendía lo que quería decir Cristo precisamente cuando enseñaba que un hombre debía nacer de nuevo para alcanzar el Reino de Dios. «¿Cómo puede ser eso?», preguntaba Nicodemo. Y fue entonces cuando Cristo explicó que ese nacimiento había de ser interno; no del cuerpo, sino del Espíritu. Un nacimiento espiritual interno tal, es esencial para alcanzar lo Supremo y experimentar la verdadera dicha.

martes, 28 de junio de 2016

LAS LAGRIMAS DE CRISTO



En las Sagradas Escrituras, se registran 3 veces, en las que el Cristo llora.

Llorar por los demás es cargar con sus pecados, con su karma, y cuando eso ocurre, el que llora tiene poder de cambiar y transformar el karma de aquél por el que llora.
I - Cuando Jesús llegó a Betania Su amigo Lázaro ya estaba muerto. Lo habían enterrado cuatro días antes. La hermana del difunto salió al encuentro de Jesús. “Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió, y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. Jesús lloró. Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba” (Juan 11:33-36).
II - Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán, y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación” (Lucas 19:41-44).
III - Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente” (Hebreos 5:7).
Jan Mostaert - Cristo de las lagrimas.

lunes, 27 de junio de 2016

ORACIÓN POR LA BENDITAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO



Dios misericordioso, que nos perdonas y quieres la salvación de todos los hombres,
imploramos tu clemencia para que, 
por la intercesión de María Santísima y de todos los santos, 
concedas a las almas de nuestros padres, hermanos, parientes, amigos y bienhechores,
que han salido de este mundo, 
la gracia de llegar a la reunión de la eterna felicidad.

Santísima Virgen María, Reina del Purgatorio; 
vengo a depositar en tu Corazón Inmaculado 
una oración en favor de las almas benditas 
que sufren en el lugar de expiación. 
Dígnate escucharla, clementísima Señora, 
si es ésta tu voluntad y la de tu misericordioso Hijo.

Amén.
wikisource

jueves, 23 de junio de 2016

RUMI - LO QUE USTED PIENSA QUE VA A PASAR



Lo que usted piensa que va a pasar

Si usted pasa su noche
y fusionarlo con el amanecer
para el bien del corazón,
¿Qué crees que pasará?

Si el mundo entero
está cubierto con las flores
que usted ha trabajado para plantar,
¿Qué crees que pasará?

Si el elixir de la vida
que ha sido escondido en la oscuridad,
llena el desierto y ciudades,
¿Qué crees qué pasará?

Si, debido a 
su generosidad y amor
algunos humanos descubren sus vidas,
Lo que usted piensa qué va a pasar?

Si usted derrama un frasco entero
Lleno de vino alegre
En la cabeza de aquellos que ya han bebido,
¿Qué crees que pasará?

Vaya mi amigo.
Conceda su amor,
Incluso a sus enemigos.
Si usted tocar en sus corazones,
¿Qué crees que pasará?

Rumi



lunes, 2 de mayo de 2016

ORACIÓN DE LA KABALA





Amor del Reino de Malkhut,

Necesito a mi hermano Yesod para recuperar el fundamento.


Hod me llevará a la Gloria y Nezah la Victoria Eterna.


Tiferet Belleza de las Bellezas,


Gevurah, fuerza austera de mi Balanza,


Hesed Misericordia.


Hokhmah y Binah, bajo el manto de Daat, 

conferidme Entendimiento y Sabiduría, 

para que pueda llevar la Corona de Keter.


Amen.

domingo, 17 de abril de 2016

AMADA MADRE



Te busco y busco y creo no encontrarte,
siempre estás ahí, y soy incapaz de verte.
Te amo y no puedo sentirte.
Me alejo y me persigues,
hasta que un día sin saber cómo.

Te miro a los ojos y el corazón se alza,
vibra de amor por ti,
siente ese dulce dolor que lo atraviesa,
siente la felicidad de haberte encontrado en una mirada.

Quiero sumergirme en tus ojos,
perderme en tu perfume,
abrazarte hasta el fin,
empaparme de ti.

Amada madre.


domingo, 3 de abril de 2016

PROFECÍAS DE JUAN DE JERUSALÉN


Juan de Jerusalén nació cerca de Vezelay, Francia, alrededor de los años 1040 ó 1042. Fue uno de los fundadores de la Orden de los Caballeros del Temple, en 1118. Murió poco después, en el año 1119 ó 1120, a la edad de 77 años.

Su libro de profecías, o más propiamente dicho Protocolo Secreto de las Profecías, habría sido conocido por Nostradamus, a quien sirvió de inspiración y guía para sus propias visiones proféticas.

Un manuscrito descubierto en Zagorsk, cerca de Moscú, y que data del siglo XIV, califica a Juan de Jerusalén de prudente entre los prudentes, santo entre los santos y que sabía leer y escuchar el cielo. También señala que Juan solía retirarse frecuentemente al desierto para rezar y meditar, y que estaba en la frontera entre la Tierra y el cielo.

Durante su estancia en Jerusalén, en el año 1099, pudo mantener encuentros con rabinos, sabios musulmanes, iniciados, místicos y cabalistas, prácticos en las artes adivinatorias, astrológicas y numerológicas.

Estas profecías estuvieron ocultas durante muchos años, hasta que en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, en 1941, fueron halladas por la S.S. en una sinagoga de Varsovia. Luego de la caída de la Alemania nazi, desaparecieron nuevamente, hasta que fueron redescubiertas en años recientes en los archivos secretos de la K.G.B. soviética, según afirman algunos investigadores.

Las Profecías de Juan de Jerusalén.

Veo y conozco.

Mis ojos descubren en el cielo lo que será, y atravieso el tiempo de un solo paso. Una mano me guía hacia lo que ni veis ni conocéis. Mil años habrán pasado y Jerusalén ya no será la ciudad de los cruzados de Cristo. La arena habrá enterrado bajo sus granos las murallas de nuestros castillos, nuestras armaduras y nuestros huesos. Habrá sofocado nuestras voces y nuestras
plegarias.

Los cristianos venidos de lejos en peregrinación, allí donde estaban sus derechos y su ley, no osarán acercarse al sepulcro y a las reliquias si no es escoltado por los caballeros judíos, que tendrán aquí, como si Cristo no hubiera sufrido en la cruz, su Reino y su Templo. Los infieles serán una multitud innumerable que se extenderá por todas partes y su fe resonará como un tambor de un confín al otro de la tierra.

Veo la inmensidad de la tierra. Continentes que Herodoto no nombró sino en sueños se añadirán más allá de los grandes bosques de los que habla Tácito y en el lejano final de mares ilimitados que empiezan después de las columnas de Hércules.

Mil años habrán pasado desde el tiempo en que vivimos, y los fondos de todo el mundo se habrán en grandes reinos y vastos imperios. Guerras tan numerosas como las mallas de la cota que llevan los caballeros de la orden se entrelazaran, desharán los reinos y los imperios y tejerán otros. Y los siervos, los villanos, los pobres sin hogar se sublevaran mil veces, harán
arder las cosechas, los castillos y las villas, hasta que se les queme vivos y se obligue a los supervivientes a volver a sus cubiles, Se habrán creído reyes.

Mil años habrán pasado y el hombre habrá conquistado el fondo de los mares y de los cielos, y será como una estrella en el firmamento. Habrá adquirido el poder del sol y se creerá dios, construyendo sobre la inmensidad de la tierra mil torres de babel. Habrá edificado muros sobre las ruinas de los que levantaron los emperadores de Roma y éstos separarán una vez más las legiones de las tribus bárbaras.

Más allá de los grandes bosques habrá un imperio. Cuando caigan los muros, el imperio no será más que agua cenagosa. Las gentes se mezclarán una vez más. Entonces empezará el año mil que sigue al año mil.

Veo y conozco lo que será. Soy el escriba.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre estará frente a la entrada sombría de un laberinto oscuro. Y al fondo de esa noche en la que va a internarse, veo los ojos del Minotauro. Guárdate de su furor cruel, tú que vivirás en el año mil que sigue al año mil.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil.
El oro estará en la sangre. El que contemple el cielo contará denarios; el que entre en el templo encontrará mercaderes; los mandatarios serán cambistas y usureros; La espada defenderá la serpiente. Pero el fuego será latente, todas las ciudades serán Sodoma y Gomorra y los hijos de los hijos se convertirán en la nube ardiente; ellos alcanzarán los viejos estandartes.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre habrá poblado los cielos y la tierra y los mares con sus criaturas; mandará, pretenderá los poderes de Dios, no conocerá límite. Pero todas las cosas se sublevarán; titubeará como un rey borracho; galopará como un caballero ciego y a golpes de espuela internará a su montura en el bosque; al final del camino estará el abismo.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, se erigirán torres de Babel en todos los puntos de la tierra, en Roma y en Bizancio; los campos se vaciarán; no habrá más ley que mirar por uno mismo y por los propios. Pero los bárbaros estarán en la ciudad; ya no habrá pan para todos y los juegos no serán suficientes; entonces, las gentes sin futuro provocarán grandes
incendios.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hambre oprimirá el vientre de tantos hombres y el frío aterirá tantas manos, que estos querrán ver otro mundo y vendrán mercaderes de ilusiones que ofrecerán el veneno. Pero éste destruirá los cuerpos y pudrirá las almas; y aquellos que hayan mezclado el veneno con su sangre serán como bestias salvajes cogidas en una trampa, y matarán y violarán y despojarán y robarán, y la vida será un Apocalipsis cotidiano.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, todos intentarán disfrutar tanto como puedan; el hombre repudiará a su esposa tantas veces como se case y la mujer irá por los caminos umbríos tomando al que le plazca, dando a luz sin poner el nombre del padre. Pero ningún maestro guiará al niño y cada uno estará solo entre los demás; la tradición se perderá; la ley será olvidada como si no se hubiera anunciado y el hombre volverá a ser salvaje.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el padre buscará el placer en su hija, el hombre en el hombre, la mujer en la mujer, el viejo en el niño impúber, y eso será a los ojos de todos. Pero la sangre se hará impura; el mal se extenderá de lecho en lecho; el cuerpo acogerá todas las podredumbres de la tierra, los rostros serán consumidos, los miembros, descarnados; el amor será una peligrosa amenaza para aquellos que se conozcan sólo por la carne.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, aquel que hable de promesas y de ley no será oído; el que predique la fe de Cristo perderá su voz en el desierto. Pero por todas partes se extenderán las aguas poderosas de las religiones infieles; falsos mesías reunirán a los hombres ciegos. Y el infiel armado será como nunca había sido; hablará de justicia y de derecho,
y su fe será de sangre y fuego; se vengará de la cruzada.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el fragor de la muerte provocada avanzará como la tormenta sobre la tierra; los bárbaros se mezclarán con los soldados de las últimas legiones; los infieles vivirán en el corazón de las ciudades santas; todos serán, por turnos, bárbaros, infieles y salvajes. No habrá órdenes ni normas; el odio se extenderá como la llama en el bosque seco; los bárbaros masacrarán a los soldados; los infieles degollarán a los creyentes; el salvajismo será cosa de cada uno y de todos, y las ciudades morirán.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres se juzgarán entre ellos según sean su sangre y su fe; nadie escuchará el corazón sufriente de los niños; se les echará del nido como los pájaros a sus crías; y nadie podrá protegerlos de la mano armada con guantelete. El odio inundará las tierras que se creían pacificadas. Y nadie se librará, ni los viejos ni los heridos; las casas serán destruidas o robadas; los unos se apoderarán del lugar de los otros; todos cerrarán los ojos para no ver a las mujeres violadas.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, todos sabrán lo que ocurre en todos los lugares de la tierra: se verá al niño cuyos huesos están marcados en la piel y al que tiene los ojos cubiertos de moscas, Y al que se da caza como a las ratas. Pero el hombre que lo vea volverá la cabeza, pues no se preocupará sino de sí mismo; dará un puñado de granos como limosna, mientras que el dormirá sobre sacos llenos. Y lo que dé con una mano recogerá con la otra.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre comerciará con todo; todas las cosas tendrán precio, el árbol, el agua y el animal; nada más será realmente dado y todo será vendido. Pero el hombre entonces no valdrá más que su peso en carne; se comerciará con su cuerpo como los canales de ganado; tomarán su ojo y su corazón; nada será sagrado, ni su
vida ni su alma; se disputarán sus despojos y su sangre como si se tratara de una carroña.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre habrá cambiado la faz de la tierra; se proclamará el señor y el soberano de los bosques y de las manadas; habrá surcado el sol y el cielo y trazará caminos en los ríos y en los mares. Pero la tierra estará desnuda y será estéril, el aire quemará y el agua será fétida; la vida se marchitará porque el hombre agotará las
riquezas del mundo. Y el hombre estará solo como un lobo en el odio de sí mismo.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los niños también serán vendidos; algunos se servirán de ellos como de muñecos para disfrutar de su piel joven; otros los tratarán como a animales serviles. Se olvidará la debilidad sagrada del niño y su ministerio; será como un potro que se doma, como un cordero que se sangra, que se sacrifica. Y el hombre no será más que barbarie.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, la mirada y el espíritu de los hombres serán prisioneros; estarán ebrios y no lo sabrán; tomarán las imágenes y los reflejos por la verdad del mundo; se hará con ellos lo que se hace con un cordero. Entonces vendrán los carniceros; los rapaces los agruparán en rebaños para guiarlos hacia el abismo y levantar a los unos
contra los otros; se les matará para tomar su lana y su piel y el hombre que sobreviva será despojado de su alma.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, reinarán los soberanos sin fe; mandarán sobre multitudes humanas inocentes y pasivas; esconderán sus rostros y guardarán en secreto su nombre y sus fortalezas estarán perdidas en los bosques. Pero ellos decidirán la suerte de todo y de todos; nadie participará en las asambleas de su orden; todos serán siervos pero se creerán hombres libres y caballeros; sólo se levantarán los de las ciudades salvajes y las creencias heréticas, pero también serán vencidos y quemados vivos.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres serán tan numerosos sobre la tierra que parecerán un hormiguero en el que alguien clavara un bastón; se moverán inquietos y la muerte los aplastará con el talón como a insectos enloquecidos. Grandes movimientos los enfrentarán unos contra otros; las pieles oscuras se mezclarán con las pieles blancas; la fe de Cristo con la del infiel; algunos predicarán la paz concertada pero por todo el mundo habrá guerras de tribus enemigas.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres querrán franquear las murallas; la madre tendrá el pelo gris de una vieja; el camino de la naturaleza será abandonado y las familias serán como granos separados que nada puede unir. Será, pues, otro mundo; todos errarán sin vínculos, como los caballos desbocados corriendo en todas direcciones sin guía; desgraciado del caballero que cabalgue esa montura; carecerá de estribos y se precipitará en la zanja.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres no confiarán en la ley de Dios, sino que querrán guiar su vida como a una montura; querrán elegir a sus hijos en el vientre de sus mujeres y matarán a aquellos que no deseen. Pero ¿qué será de estos hombres que se creen Dios? Los poderosos se apropiarán de las mejores tierras y las mujeres más bellas; los pobres y los débiles serán ganado; los poblachos se convertirán en plazas fuertes; el miedo invadirá los corazones como un veneno.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, habrá surgido un orden negro y secreto; su ley será el odio y su arma, el veneno; deseará siempre más oro y se extenderá su reino por toda la tierra, y sus servidores estarán unidos entre ellos por un beso de sangre. Los hombres justos y los débiles acatarán su regla. Los poderosos se pondrán a sus servicios. La única ley será la que dicte en las sombras; venderá el veneno aun dentro de las iglesias. Y el mundo avanzará con ese escorpión bajo el pie.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, muchos hombres permanecerán sentados con los brazos cruzados, se irán sin saber adónde, con los ojos vacíos, pues no tendrán forja en la que batir el metal, ni campo que cultivar. Serán como la simiente que no puede echar raíces. Errantes y empobrecidos; los más jóvenes y los más viejos, a menudo sin hogar. Su única salvación será la guerra y combatirán entre ellos, y odiarán su vida.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, las enfermedades del agua, del cielo y de la tierra atacarán al hombre y le amenazarán; querrá hacer nacer lo que ha destruido y proteger su entorno; tendrá miedo de los días futuros. Pero será demasiado tarde; el desierto devorará la tierra y el agua será cada vez más profunda, y algunos días se desbordará, llevándose todo por delante como un diluvio, y al día siguiente la tierra carecerá de ella y el aire consumirá los cuerpos más débiles.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, la tierra temblará en muchos lugares y las ciudades se hundirán; todo lo que se haya construido sin escuchar a los sabios será amenazado y destruido; el lodo hundirá los pueblos y el suelo se abrirá bajo los palacios. El hombre se obstinará porque el orgullo es su locura; no escuchará las advertencias repetidas de la tierra, pero el incendio destruirá las nuevas Romas y, entre los escombros acumulados, los pobres y los bárbaros, a pesar de las legiones, saquearán las riquezas abandonadas.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el sol quemará la tierra; el aire ya no será velo que protege del fuego. No será más que una cortina agujereada y la luz ardiente consumirá las pieles y los ojos. El mar se alzará como agua enfurecida; las ciudades y las riberas quedarán inundadas y continentes enteros desaparecerán; los hombres se refugiarán en las alturas y olvidando lo ocurrido, iniciarán la reconstrucción.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres sabrán hacer realidad los espejismos; los sentidos serán engañados y creerán tocar lo que no existe; seguirán caminos que solo los ojos verán y el sueño podrá hacerse realidad. Pero el hombre ya no sabrá distinguir entre lo que es y lo que no es. Se perderá en falsos laberintos; los que consigan dar vida a los
espejismos se burlarán del hombre pueril, engañándole. Y muchos hombres se convertirán en perros rastreros.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los animales que Noé embarcó en su arca no serán, entre las manos del hombre, más que bestias transformadas según su voluntad; y, ¿quién se preocupará de su sufrimiento vital? El hombre habrá hecho de cada animal lo que habrá querido. Y habrá destruido numerosas especies. ¿En qué se habrá convertido el hombre que haya cambiado las leyes de la vida, que haya hecho del animal vivo pella de arcilla? ¿Será el igual de Dios o el hijo del diablo?

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, se deberá temer por hijo del hombre; el veneno y la desesperación le acecharán; no se le habrá deseado más que por uno mismo, no por él o por el mundo; será acosado por el placer y a veces venderá su cuerpo. Pero incluso el que sea protegido por los suyos estará en peligro de tener el espíritu muerto; vivirá en el juego y en el espejismo. ¿Quién le guiará cuando no tenga maestros? Nadie le habrá enseñado a esperar y a actuar.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre se creerá Dios, aunque no habrá progresado nada desde su nacimiento. Atacará vencido por la ira y por los celos. Y su brazo estará armado con el poder del que se habrá adueñado; Prometeo cegado podrá destruirlo todo a su alrededor. Será un enano de alma y tendrá la fuerza de un gigante; avanzará a pasos inmensos pero no sabrá que camino tomar. Su cabeza estará cargada de saber pero ya no sabrá porque vive o porque muere será, como siempre, el loco que gesticula o el niño que gime.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, regiones enteras serán botines de guerra. Más allá de los límites romanos e incluso en el antigua territorio del imperio; los hombres de las mismas ciudades se degollarán; aquí habrá guerra entre tribus y allá, entre creyentes. Los judíos y los hijos de Alá no dejarán de enfrentarse y la tierra de Cristo será su campo
de batalla; pero los fieles querrán defender en todo el mundo la pureza de su fe y ante ellos no habrá más que duda y poder; entonces la muerte avanzará por todo el mundo como estandarte de los tiempos nuevos.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, multitudes de hombres serán excluídos de la vida humana; no tendrán derechos, ni techo, ni pan; estarán desnudos y no tendrán más que su cuerpo para vender; se le expulsará lejos de la torre de Babel de la opulencia. Se agitarán como un remordimiento o una amenaza; ocuparán regiones enteras y proliferarán: escucharán las prédicas de la venganza y se lanzarán al asalto de las torres orgullosas; habrá llegado el tiempo de las invasiones bárbaras.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, El hombre habrá entrado en el laberinto oscuro; tendrá miedo y cerrará los ojos, pues ya no sabrá ver; desconfiará de todo y temerá a cada paso, pero será empujado hacia delante y
no le será permitido detenerse. La voz de Casandra será, sin embargo, potente y clara. Pero él no la oirá pues querrá poseer más cada día y su cabeza se habrá perdido en las fantasías; los que serán sus maestros le engañarán y no tendrá más que malos consejeros.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, los hombres por fin habrán abierto sus ojos; ya no estarán encerrados en sus cabezas o en sus ciudades; se verán y se oirán de un lado a otro de la tierra; sabrán que lo que golpea a uno hiere al otro. Los hombres formarán un cuerpo único del que cada uno será una parte ínfima, y juntos construirán el corazón, y habrá una lengua que será hablada por todos y nacerá así, por fin, el gran humano.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre habrá conquistado el cielo; creará estrellas en el gran mar azul sombrío y navegará en esa nave brillante, nuevo Ulises, compañero del sol, hacia la odisea celeste. Pero también será el soberano del agua; habrá construido grandes ciudades náuticas, que se nutrirán de las cosechas del mar; vivirá así en todos los rincones del gran dominio y nada le será prohibido.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, los hombres podrán penetrar en las profundidades de las aguas; su cuerpo será nuevo y ellos serán peces, y algunos volarán más altos que los pájaros como si la piedra no cayera. Se comunicarán entre ellos pues su espíritu estará tan abierto que recogerá todos los mensajes, y los sueños serán compartidos y vivirán tanto tiempo como el más viejo de los hombres, aquel del que hablan los libros sagrados.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre conocerá el espíritu de todas las cosas, la piedra o el agua, el cuerpo del animal o la mirada del otro; habrá penetrado los secretos que los dioses antiguos poseían y empujará una puerta tras otra en el laberinto de la vida nueva. Creará con la fuerza con que brota una fuente; enseñara es saber a la multitud de los hombres, y los niños conocerán la tierra y el cielo mejor que nadie antes que ellos. Y el cuerpo del hombre será más grande y más hábil. Y su espíritu habrá abarcado todas las cosas y las habrá poseído.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre ya no será el único soberano, pues la mujer empuñará el cetro; será la gran maestra de los tiempos futuros y lo que piense lo impondrá a los hombres; será la madre de ese año mil que sigue al año mil. Difundirá la dulzura tierna de la madre tras los días del diablo; será la belleza después de la fealdad de los tiempos bárbaros; el año mil que viene después del año mil cambiará en poco tiempo; se amará y se compartirá, se soñará y se dará vida a los sueños.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre conocerá un segundo nacimiento; el espíritu se apoderará de las gentes, que comulgarán en fraternidad; entonces se anunciará el fin de los tiempos bárbaros. Será el tiempo de un nuevo vigor de la fe; después de los días negros del inicio del año mil que viene después del año mil, empezarán los días felices; el hombre reconocerá el camino de los hombres y la tierra será ordenada.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, los caminos irán de una punta de la tierra y del cielo a la otra; los bosques serán de nuevo frondosos y los desiertos habrán sido irrigados; las aguas habrán vuelto a ser puras. La tierra será un jardín; el hombre velará sobre todo lo que vive; purificará lo que ha contaminado; así sentirá que toda esta tierra es su hogar, y será sabio y pensará en el mañana.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, todos serán como movimientos ordenados, se sabrá todo del mundo y del propio cuerpo; se soñará con la enfermedad antes de que aparezca; todos se curarán así mismos y a los demás. Se habrá entendido que es necesario ayudar para mantenerse, y el hombre, después de los tiempos de cerrazón y de avaricia, abrirá su corazón y su bolsa a los más desposeídos; se sentirá caballero de la orden humana y así por fin un tiempo nuevo empezará.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre habrá aprendido a dar y compartir; los días amargos de la soledad habrán pasado; creerá de nuevo en el espíritu; y los bárbaros habrán adquirido el derecho de ciudadanía. Pero eso vendrá después de las guerras y los incendios; eso surgirá de los escombros ennegrecidos de las torres de Babel. Y habrá sido necesario el puño de hierro para que se ordene el desorden. Y para que el hombre encuentre el buen camino.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre sabrá que todos los seres vivos son portadores de luz y que son criaturas que deben ser respetadas; habrá construido las ciudades nuevas en el cielo, sobre la tierra y sobre el mar. Conservará en la memoria lo que fue y sabrá leer lo que será; ya no tendrá miedo de su propia muerte, pues en su vida habrá
vivido muchas vidas y sabrá que la luz nunca se apagará.



lunes, 21 de marzo de 2016

LA ORACIÓN




La oración es un instrumento importante
para estar en contacto con la misma raíz del amor,
en consecuencia con la espiritualidad, con el Ser y su compasión,
con una vida recta e inteligente; 
para reconocer una inteligencia cósmica y universal, 
y así no sentirse uno perdido o aislado en este universo.VMZ


jueves, 17 de marzo de 2016

ORACIÓN DE ENTREGA A DIOS



Charles de Foucauld

Padre, me pongo en tus manos, 
haz de mí lo que quieras, 
sea lo que sea, te doy las gracias.

Estoy dispuesto a todo, 
lo acepto todo, 
con tal que tu voluntad se cumpla en mí, 
y en todas tus criaturas.

No deseo nada más, Padre.

Te confío mi alma, 
te la doy con todo el amor 
de que soy capaz, 
porque te amo.

Y necesito darme, 
ponerme en tus manos sin medida, 
con una infinita confianza, 
porque Tú eres mi Padre.


jueves, 3 de marzo de 2016

RUMI




جلال الدين محمد بلخى Yalal ad-Din Muhammad Baljí en persa, Celaleddin Mehmet Rumi en turco, o جلال الدين محمد رومي Yalal ad-Din Muhammad Rumí en árabe, también conocido como «Mawlana», «Mavlana» o «Mevlânâ», que significa «Nuestro Señor» en árabe (con sus adaptaciones fonéticas al persa y turco, respectivamente) fue un célebre poeta místico musulmán persa y erudito religioso que nació el 30 de septiembre de1207 en Balj, en la actual Afganistán —aunque en aquella época pertenecía a la provincia del Gran Jorasán de Persia— y murió en Konya —en aquella época parte del Sultanato de Rüm, de la dinastía de los turcos selyúcidas—, un 17 de diciembre de 1273, razón por la cual se conmemora cada año el fallecimiento de este ilustre pensador y místico sufí del Islam en dicha ciudad de la Anatolia turca. 

También es conocido como Rumí, que significa «originario de la Anatolia romana» ya que la Anatolia era denominada por los turcos selyúcidas como la «tierra de Rum (los romanos)», en referencia al Imperio Romano de Oriente más conocido como Imperio bizantino. wikipedia